Repasar con la azada los surcos para perfeccionar la labor del arado. (En este remate parece haber algo más que tarea útil, dirigida a perfeccionar el RIEGO posterior de la tierra aparejada: parece haber un culto elemental de la belleza, advertido en la amorosa mirada que luego, desde la orilla, dedica a su campo el labrador).

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