Enojo cerrado y hostil con que reaccionan a las ofensas o a los agravios ciertas personas, especialmente las mujeres y los niños. // Se dice también del pez que en manada o en manterío (V) está acudiendo bien al ENGODO (V) o cebo y al arte de pesca, cuando repentinamente, misteriosa y unánimemente repudia ambos engaños y se abaja al fondo, como desganado. // Asimismo se aplica a ciertas viandas cuando, apartadas circunstancialmente de la acción continua del fuego, se endurecen, volviéndose zapatudas (V), sin que el retorno a la candela remedie el amulamiento. // Igualmente se llaman amuladas las cocinas de mal arder, lo mismo por la humedad o mala calidad de la leña o el carbón, que por defectos del tiro. // Enfermar. Una mujer durante la menstruación no puede bañarse en el mar porque se amula. (En cuanto a las personas y en su tercera acepción, el Diccionario de la Lengua registra el término con significación idéntica a la que tiene en la Isla. Lo incluimos, no obstante, como localismo por parecernos casi desusado en el lenguaje común peninsular, a diferencia de Gran Canaria. Sólo lo hemos oído -y rara vez-, respecto de sus esposas, a campesinos de Sanabria, Pinilla de Toro y otros lugares de la comarca zamorana).

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