Tiene la misma significación que en castellano: de manera continua, sin interrupción. (Incluimos esta voz castellana, como otras muchas, por parecernos desusada totalmente en la Península, mientras es corriente en los pueblos insulares. Suena a arcaísmo, vigente en Gran Canaria por la circunstancia particular del aislamiento, una clara causa de la tardía evolución del idioma. La primera vez que le oí este vocablo a una alegre y hasta agraciada mocita de Los Barrancos, a Lolilla la Pitrinca, que le decían. Lástima que no pueda contar lo que fue su arreo).

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