Se dice del gallo de pelea con VETA de cobardón, huidizo y pendejo, que no morirá, como dicen en Castilla, de cornada de burro. (Un mal casteo u otra circunstancia imprevisible dan este gallo ruin, que se tira a las varillas al primer cañazo. Su destino es caldero y candela, aunque a veces se mantiene a estos cachiporras declarados para el triste papel de probadores, alternándolos con la escoba y el saquete para pechar los "gallitos rehileteros", como dicen por algunas partes de la América).
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