efecto repentino de algo, suceso que se produce inesperada y súbitamente. (El admirable y admirado doctor Rafael O'Shanahan nos contaba con su inalterable alegría de muchacho grande, que en una ocasión lo llamaron demasiado tarde para un enfermo. Cuando llegó, había ubicado de muerte repentina. Uno de los deudos relató sucintamente: "Oiga, don "Rafaé": pegó con un jalío, un jalío, "usté", y del bolichaso, ¡suculúm!. Se queó tieso." Se nos ocurre pensar si no habrán influido en la creación del término aquellas antiguas gaseosas de boliche, que en una época fueron muy populares en Gran Canaria. Se tapaban por su propia presión, ejercida sobre una bolita de cristal que se mantenía encerrada en el gollete. Para abrirla se les daba en la boca un golpe seco con cualquier zoquetillo de madera, y hasta con el mismo dedo. El comprimido boliche saltaba entonces elásticamente hacia el fondo del cuello, sosteniéndose ENTRE las convexidades de que la botella estaba dotada. Estallaba ruidosamente el gas y a veces surtía hasta el líquido. Se destapaban, pues, del bolichazo, o sea súbitamente, a diferencia de cualquier otra botella, de más tardía y menos espectacular apertura).
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