Especie de encendido difuso planteado sobre el paisaje por un accidente atmosférico en los días de intenso calor. (En la Isla, donde el término, de claro origen castellano, es de uso corriente lo mismo en las ciudades que en los campos, la CALINA es producida por un polvillo que se levanta de las caldeadas dunas saharianas y que, luego de atravesar el mar, se suspende en el aire cuajado y encandecido. El Diccionario de la Lengua, que registra también "calima", atribuye el accidente a vapores de agua. La certeza del fenómeno sobre orillas y montes insulares, que garantizan los vientos del desierto inmediato, mantiene allí la voz en viva vigencia).
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