Se dice de las personas que por los años o por dolencias especiales encorvan el cuerpo o andan torcidas. (Indudablemente deriva de cambado, verbo que a su vez tiene su origen en el castellano "combar", encorvar "una cosa". Don José Valenzuela Silva dice en un manualito que titula Vocabulario etimológico de voces canarias que "le parecía se trataba de un despectivo procedente del verbo reflexivo "gambarrse", que significa "ponérsele a uno las piernas torcidas o encorvadas". El término, no recogido por la Academia, figura en Rodríguez Navas, de donde lo tomó el señor Valenzuela).
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