Se aplica este nombre a cierto POYO fabricado junto a las paredes de las casas y destinado al descanso y a la colocación de carga o enseres. También se designa así la piedra base de algunos umbrales, montada sobre el nivel de la calle, y en la que mozos desocupados solían sentarse a hacer tertulia. ("¡Cómo vas a aprobar -gritaba un padre a su hijo suspendido- si te pasas las horas arrepollinado en el canto de Doña Candelaria?" El mentidero del caso era el portal de esta señora, una vecina del viejo barrio de Vegueta.) También se llama canto a una pieza paralelográmica labrada de lápilli o picón compacto volcánico. Otra significación es la de lado, límite.
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