Se dice del zapato viejo y de desecho que utilizan sólo los pobres de pedir por puertas y que las amas de casa aldeanas ataban, en función de potala, a las patas de sus gallinas cluecas o amigas de salirse del cercado. Familiarmente se aplica a las mujeres públicas, a los zascandiles y a cualquier otro desgraciado de este estilo. (El despectivo sube de tono si se completa así: "Chanclo viejo." En algunas partes de la isla se oye chanco. El término deriva, indudablemente, de "chancleta". La acepción familiar es explicada por la condición de un zapato que, sobre no servir YA ni a Dios ni al diablo, todavía anda en pasos, arrastrado por vagabundos y mendicantes).
¿QUIERES COMPARTIR ESTE CONTENIDO EN REDES SOCIALES?
Acepta las cookies "SOCIALES" desde AQUÍ

Dejanos un comentario