Se dice del perrillo casero, chato, ladrador y generalmente desrabotado. También se aplica a la persona entrometida, amiga de huroneos en cosas y casas ajenas, de cominerías en lo que no le VA ni le viene y de bullangas sin ton ni son. (Las características de los perros chimbos habrán dado origen a la acepción figurada. Puede sospecharse, en cuanto a la acepción literal, un antecedente americano del vocablo. La Academia informa que en Costa Rica dicen "chingo" del animal rabón, y en Venezuela es sinónimo de "chato". Si no ha habido exportación previa, cabe pensar en una corrupción de este "chinco").
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