Se aplica específicamente a la herida que, por puñalada mortal, recibe en el cuello el gallo de pelea y que provoca una definitiva hemorragia interna, de la que el animal puede salvarse en casos excepcionales tragándose el golpe de sangre que lo congestiona, lo que se llama en argot gallero "tragarse el degüello". La misma expresión se emplea para denotar que alguien lucha con un embarazo o una MALA dificultad ante los que debe ceder. (El isleño se "traga el de- güello" cuando ha de embucharse un atravesado reconcomio, sin más remedio que callar. En el cuartel, ante los jefes, frente al matón armado o el cacique cazurro y crudo, uno se traga el degüello).
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