Bajar las alas al sombrero para conseguir más sombra en la cabeza. (En cachorra se cita este cantarcillo de isas o folías: "¿Para qué quiere el pastor - cachorrillo desalado? - Para cuidar su ganado - y que no lo queme el sol". Desalado, YA de antemano y en absoluto, es un curioso sombrerito de palma, adornado por una cinta ancha y negra, que usan los campesinos y marineros de Lanzarote, y cu YA s alas, casi una prolongación de la copa, se ciñen al cogote y las orejas, procurando así una cerrada defensa, no YA sólo contra el solanar perenne de la Isla, sino también contra el aliento cálido que suele soplar de la parte de África y que llega cargado de sutiles arenillas. En Gran Canaria las cochinilleras, las apañadoras de almendras y otros frutos, las lavanderas, etc.,usan el clásico de alas anchas y naturalmente enroscadas), al que ellas bajan las alas, desalándolo. Se trata de evitar el moreno, un color de moderno prestigio, un color que podría originar confusión con mezclas antiguas de sangre negra. Este cierto prejuicio, en juego principal junto al de la coquetería y al de la salud, y que nacería al calor de la presencia de esclavos coloniales cruzados con la población insular más por detrás que por delante de la Iglesia, resulta corroborado por la embelesada ponderación popular de los niños muy blancos. La vecina que da noticia de su hijo o de su nieto, exclamaría, privada: " iSi viera qué blanquito es! ¡Como la leche, queria". Como se ve, desalar guarda una cierta relación con el sentido castellano de la misma voz: "Quitar las alas". Al sombrero desalado no le han quitado en rigor aquéllas, pero casi sí, al enmendarlas, bajándolas). Desalado significa también asustado. "Un niño llegó desalado", lleno de miedo.
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