Deuda, trampa, dificultad económica de cierta importancia. (La Academia recoge la voz como americanismo -Méjico y Perú-. Hay para pensar, no obstante, que es un canarismo llevado allá por los muchos isleños incorporados a la colonización española. Ya en 1678 aparece usada la voz por el franciscano insular fray José de Sosa, curioso historiador de Islas. Se la encuentra en cierto cronicón suyo que se publicó en la "Imprenta Isleña", de Santa Cruz de Tenerife, en 1849, siendo regente del taller Miguel Miranda, y que apareció bajo este generoso título: Topografia de la isla afortunada de Gran Canaria, cabeza del partido de toda la Provincia, comprensiva de las siete islas llamadas vulgarmente Afortunadas. Su antigüedad, conquista e invasiones; sus puertos, murallas y castillos; con cierta relación de sus defensas. -Escrita en la Muy Noble y Muy Leal Ciudad Real de Las Palmas por un hijo suyo [Fray José de Sosa] este año de 1678. El fraile escribe, al referirse a determinadas dificultades por que pasaban los descendientes de los primeros conquistadores castellanos, esta que sigue: "Ha venido a tanta pobreza, que solamente unos pedazos de tierra, unas casas viejas y unos pocos tributos les han quedado, y eso por estar avinculados y con todo, está dicho vínculo tan empeñado que en muchos años nunca saldrán de drogas por ser muchas las deudas que tiene el heredero". Se dice que una persona está endrogada cuando debe mucho dinero. El profesor Corominas considera, en su largo estudio del término, las acepciones castellanas de "embuste", que Quevedo usó, y "trampa". De esta última dice que "ha de ser antigua, pues de ahí viene la de "deuda", hoy tan extendida por América". No señala su vigencia en Canarias, pese a conocer los trabajos lexicográficos de los Millares-Léxico de Gran Canaria, de don Luis y don Agustín, y la refundición de la misma curiosa obrita hecha por este último Cómo hablan los canarios-. La fácil sospecha de que el sentido figurado de droga -su recta significación es "nombre genérico de ciertas sustancias minerales, vegetales o animales que se emplean en medicina", ENTRE otros casos- nace del repugnante sabor y el malestar consecuente a la administración de los viejos fármacos, la hallamos corroborada por el citado Corominas. "Puede concederse -dice- la posibilidad de que todas estas acepciones, más arriba estudiadas, deriven de la de "droga" por el gusto desagradable de las drogas medicamentosas").
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