Torcerse las maderas o los hierros perdiendo lo PURO de sus planos y sus ajustes. || Por extensión se aplica a la persona doblada por un dolor o por un golpe. “Le metí tal toletazo (V.) en un cuadril, que lo dejé empenado para todo el día”. “Esta puerta no cierra bien. Está empenada”, se dirá de la que tiene un encaje defectuosos en su marco.

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