Se dice particularmente de las personas muy derechas y gallardas, aunque se aplica también a las que, por enfermedad o defecto, mantienen el busto en una enhiesta rigidez. || Son también empertigados los gallos de pelea que riñen de frente y muy derechos, sacados el papo y el alto pico, y los caballos cuando andan con bizarría semejante, o cuando por el gusto del jinete se alzan sobre las patas traseras haciendo lo que en castellano se llama “corveta”. Por el sur-centro de la Isla dicen, para subrayar todas estas actitudes: “Empertigado, como el caballo de Santiago”, por la cabalgadura del santo, que tal vez estorbado por los moros muertos bajo sus herraduras de plata se alza tan airosos sobre los traseros remos. || También puede ser actitud consecuente con una disposición agresiva. “Se me empertigó y tuvimos que partirnos los besos (V.)”. (El anteceden­te nos parece bien claro: Empertigarse es estar derecho con ese alto y TIESO palo que es la pértiga.

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