Irritarse, dispararse, perder los estribos despotricando o insultando a alguien a grandes voces. Ella dijo al tendero, “tan solamente”, que las papas esta­ban mal pesadas: “¡Y va y se me empipota, usté...! ¡Oh, con “desirle” que no le faltó más que castigarme, se lo dejo dicho todo!”. Puede sospecharse que hay aquí una corrupción semejante a la señalada en EMPIMPOLLARSE (V.), -por “apimpollarse”-. En el caso, la voz viciada sería “apitar”, que en castellano vale por “azuzar a los perros para que saquen el ganado de donde pueda hacer daño” y en Sudamérica -San Salvador-, también según la Academia, por “gritar”, en su sentido de “protesta pú­blica con demostraciones ruidosas”. También podría explicarse el término a través del “empicotar” castellano, que vale por “poner a uno en la picota”, y será tal vez esta la fuente más clara.

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