Con la voz “última”, se emplea para denotar la pésima salud de al­guien, su ruina física tan grave que amenaza con muerte. || También se dice mala encaradura de un estado de crisis. El isleño está en la última encaradura cuando se halla rondado por la muerte, con la candela en la mano o ENTRE la cruz y el agua bendita, como dicen castizamente por Castilla. Es posible que sea “encabadura” y que se haya intentado expresar la crítica situación vital por semejanza con la que afecta a una herramienta cuyo cabo, viejo y gastado, hace ineficaz su uso. ¿Podría haber sido “encalladura”, que figuradamente vale en castellano por “no poder salir adelante en un negocio o empresa”?

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