Perturbar, con palabrotas, descaros, jaquetonadas o broncas, una reunión, generalmente festiva. Es trabajo de aguafiestas y alborotapueblos. || Tam­bién chafarse un propósito, generalmente inconfesable, por la imprevista llegada de alguien que resulta un estorbo. En castellano dicen lo mismo de “aguar” y hasta hoy la locución “aguar la fiesta”. “Aguar”, “aguaduchar”, “enaguazar”, que valen por encharcar, “llenar de agua las tierras”, son, trasladados, lo mismo: poner perdido e incómodo un ambiente que se prometía grato y alegre. “No hizo más que llegar y encharcarla", se comenta del advenedizo, borracho e impertinente que se planta en un jolgorio y rompe en frescas con los hombres y soba a las mujeres hasta armar una pelotera. “Cuando lo tenía todo preparadito, llegó la VIEJA y me la encharcó”.

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