Ponerse “en cuclillas”, “de suerte que las asentaderas descansen en los calcañares”. Resulta, según nos ¡lustra el profesor Corominas, que el castellano “en cuclillas” “viene del anticuado “en cluquillas” y este de “en cloquillas”, derivado de “clueca”, por ser esta la posición que toma al empollar los huevos”. No se trata, pues, de una corrupción, que al pronto parece evidente, sino de la conservación de una voz del viejo castellano. “Se le fue el día derecho como una vela, apipándose, y la noche encloquillado, en un pugido (V.). -¿Y eso? -Pues con la clara, metiendo (V. meter) TUNOS pasados y almendras, y después, con la oscura... ¡Hágase cargo!”.

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