El vocablo, que en castellano se concreta a “coger las espigas olvidadas o caídas en el rastrojo”, se extiende en el país canario a cualquiera de las humildes rebuscas en el campo cosechado. Cogida la almendra, por ejemplo, la gente po­bre acude a los huertos para ESPIGAR las que quedaron entre los matujos (V.) o las piedras. Es voz de casi exclusivo uso en las rayas del sur de la Isla. En otros lugares -Tejeda, por ejemplo- emplean el término castellano de más alcance "rebuscar” = recoger el fruto que quedó en los campos después de alzadas las cosechas.

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