Encendajas o leña menuda y astillas del corte de los árboles que se emplean para encender la lumbre. Pedazos pequeños de una vasija de barro, LOZA o cristal que cae y se rompe. (Sólo hemos oído el vocablo, que en su segunda acepción es sinónimo de los castellanos "cascos" y "añicos", por el centro-sur de la Isla. La semejanza de tamaños habrá determinado la extensión de la voz a los añicos. Por lo que se refiere a la primera acepción, tal vez haya evolucionado a cabacos la "chavasca" castellana, que tiene idéntica significación, como asimismo "chámara" y "chamarasca". Analizando el término "añicos", el profesor Corominas señala que el gallego "enaco" significa "pedazo", por ejemplo, de pan. Añade que en Galicia dicen "cair en añacos" por "hacerse añicos". La influencia galaica en la ínsula, también en materia de léxico, puede haber dado lugar a una especie de cristalización del "cair en añacos", dando al cabo el cabacos isleño. "Alóngame unos cabaquitos, que voy a "emprender" la candela", puede pedir el ama de casa canaria a quien trajine con ella alrededor del fogal y sus teniques. He aquí una posible lamentación: "Como tenía las manos rebalosas" de jabón, se me escurrió la borsolana: ¡Se "jiso" cabacos, "quería"!).
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