Mimoso encogimiento, con mucho de gatuno melindre, sobre el regazo de una persona amada, especialmente del niño respecto de su madre. También las novias muy novias gustan de currucos. (La voz, que debe haber llegado a Gran Canaria desde Andalucía -al menos se la hemos oído mucho a gentes de pueblos de Málaga-, procede de "acurrucarse", según la autoridad del profesor Corominas, quien nos dice, ENTRE otras muy curiosas cosas, que Covarrubias derivó "acurrucarse" de la "avecica llamada "curruca", que se recoge para empollar los huevos, y muchas veces son subpositicios, por ser del cuclillo, que les toma los propios y pone en su lugar los suyos").
¿QUIERES COMPARTIR ESTE CONTENIDO EN REDES SOCIALES?
Acepta las cookies "SOCIALES" desde AQUÍ

Dejanos un comentario