Sentirse y moverse a GUSTO en una situación grata y de plena libertad, así como los baifillos (V.) sueltos en la hierba o los pájaros en las ramas. Recomendaba un maestro isleño el amor a las plantas y a las aves diciendo a sus niños: “Respetad los árboles y dejad que los pajarillos canten y se esparganeen”. Y amenazaba a su marido con su marcha, abandonándolo, una esposa enojada: “¡Agarro el portante y me voy “ca“ mi madre! ¡Y ahí te quedas tú “pa” que te esparganees solo!”.

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