Fricción o friega que, como estas, se practica con fines medicinales, aunque en ocasiones tiene alcances higiénicos de limpieza personal. || Paliza, zurra, en especial la que se aplica a los muchachos. La terapéutica del pomo (V.) tiene en las estreguinas uno de sus fuertes. El curandero aplica allí sus manos taumatúrgicas. Casi siempre pone bueno al desconchabado (V.). Los dolores o puntadas (V.), en especial los de la caja del pecho, ceden con la estreguina, que se aplicará con sebo de carnero, aceite de pardela, trementina, etc. El autor conoció en algún lugar del centro de la Isla un curandero que daba estreguinas hasta para el tifus. Después de unas buenas sobas en el vientre, los enfermos abicaban (V.) casi todos. La estregui­na sobre cierta suciedad humana, llamado en el país canario rancio y raña (V.), tam­bién es eficaz porque de complementarla con una piedra tirando a pómez o con bravo estropajo, levanta la especie de corteza que en tobillos, rodillas y codos crea el largo descuido. Fácilmente se advierte que en “estregar” tiene esta voz su origen.

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